Las manos hoy cortadas y
amputadas de los niños de Bagdad
Construyeron entre el Eufrates y el Tigris
ciudades milenarias
Uruk, Lagash, Súmer, Babilonia.
En los altos ziggurats
Adoraron a Ishtar y Anuk, Marduk y Enlil.
Esas manos
Siguieron el curso de los astros y predijeron los eclipses.
Esas manos
Que hoy las bombas cortan, amputan y aniquilan
Los niños de Bagdad dibujaban en la arcilla.
Esas manos, dibujando en la arcilla con un afilado estilete
Un día esos dedos, hoy cortados, dibujando en la arcilla
inventaron la escritura.
Un mundo cuneiforme codificó las leyes y los astros
Los niños de Bagdad, con esas manos
Derribaron la odiosa Nínive
Y elevaron jardines de maravilla en Babilonia
Las manos de los niños de Bagdad.
Los niños de Bagdad conocieron al grandísimo Alejandro
Los niños de Bagdad, con esas manos
Amputadas ahora por el fuego del cielo
Escribieron el Catálogo de Ibn Nadim
La gran historia universal de taiba y Dinawari
Los tratados de Averroes y Avicena.
Las Praderas de Oro de Mas’udi
Y los cálculos sin fin de al-Jahwaritzmi.
Inventaron el álgebra, entrevieron
la circulación de la sangre
Los niños de Bagdad, cuya poesía
Cruzaba el Oriente y Occidente
De Damasco ala Córdoba
andaluza.
Durante mil noches y una noche relataron
Las historias fabulosas de un Califa.
Con sus voces, que hoy gritan de dolor
los niños de Bagdad.
Los niños de Bagdad con esas manos
Elevaron ya en el siglo nueve
Observatorios, bibliotecas, hospitales.
Eso hacían con sus manos los niños de Bagdad.
Hoy, hombres venidos del Oeste, de muy lejos
Hombres de allende el mar que no debieron cruzar nunca
Armados como los brutales y antiguos dioses de la guerra
Los modernos y brutales dioses de la guerra
Hacen llover fuego noche y día
Hacen llover fuego noche y día
Hacen llover fuego noche y día
Y en las calles de Bagdad matan y cortan
Las manos de los niños de Bagdad.
Que construyeron Lagash y Babilonia.
Los modernos dioses de la guerra
Señores de la muerte y destrucción
Noche y día
En las calles y el mercado
Amputan las manos y las piernas
De los niños de Bagdad.
Construyeron entre el Eufrates y el Tigris
ciudades milenarias
Uruk, Lagash, Súmer, Babilonia.
En los altos ziggurats
Adoraron a Ishtar y Anuk, Marduk y Enlil.
Esas manos
Siguieron el curso de los astros y predijeron los eclipses.
Esas manos
Que hoy las bombas cortan, amputan y aniquilan
Los niños de Bagdad dibujaban en la arcilla.
Esas manos, dibujando en la arcilla con un afilado estilete
Un día esos dedos, hoy cortados, dibujando en la arcilla
inventaron la escritura.
Un mundo cuneiforme codificó las leyes y los astros
Los niños de Bagdad, con esas manos
Derribaron la odiosa Nínive
Y elevaron jardines de maravilla en Babilonia
Las manos de los niños de Bagdad.
Los niños de Bagdad conocieron al grandísimo Alejandro
Los niños de Bagdad, con esas manos
Amputadas ahora por el fuego del cielo
Escribieron el Catálogo de Ibn Nadim
La gran historia universal de taiba y Dinawari
Los tratados de Averroes y Avicena.
Las Praderas de Oro de Mas’udi
Y los cálculos sin fin de al-Jahwaritzmi.
Inventaron el álgebra, entrevieron
la circulación de la sangre
Los niños de Bagdad, cuya poesía
Cruzaba el Oriente y Occidente
De Damasco a
Durante mil noches y una noche relataron
Las historias fabulosas de un Califa.
Con sus voces, que hoy gritan de dolor
los niños de Bagdad.
Los niños de Bagdad con esas manos
Elevaron ya en el siglo nueve
Observatorios, bibliotecas, hospitales.
Eso hacían con sus manos los niños de Bagdad.
Hoy, hombres venidos del Oeste, de muy lejos
Hombres de allende el mar que no debieron cruzar nunca
Armados como los brutales y antiguos dioses de la guerra
Los modernos y brutales dioses de la guerra
Hacen llover fuego noche y día
Hacen llover fuego noche y día
Hacen llover fuego noche y día
Y en las calles de Bagdad matan y cortan
Las manos de los niños de Bagdad.
Que construyeron Lagash y Babilonia.
Los modernos dioses de la guerra
Señores de la muerte y destrucción
Noche y día
En las calles y el mercado
Amputan las manos y las piernas
De los niños de Bagdad.
Leído por Pilar Iglesias
Poema que fue titular de la REvista 0 CULTURA MÁS